

Por fin estábamos ahí, despertándonos en Estambul con los sonidos de los rezos de los musulmanes en una de las innumerables mezquitas que tiene la ciudad. Despertarse así es increíble. Reconozco que me encantó esa sensación de saber que estaba en Estambul antes de abrir los ojos; de saber que te encuentras en esa urbe exótica donde se mezclan Oriente y Occidente.
Una vez fuera y ya algo cansados de todo el día decidimos descansar un poco en uno de los roofbar que hay alrededor de las Mezquitas. Fuimos a la terraza del Hotel Seven Hills
donde vimos uno de los atardeceres más bonitos. El entorno no podia ser mejor: el Bósforo, el Cuerno de Oro, la Mezquita Azul y Santa Sofía.
Después de descansar un rato y puesto que ya estaba anocheciendo fuimos a cenar a uno de los restaurantes que están por la zona de Sultanahmet. Encontramos muchas callejuelas conm uchos restaurantes llenos de lucecitas, cada cual más bonito que el anterior. Cenamos uno de los famosos «pide» que son una especie de pizzas turcas. Ya con esta cena pusimos punto final al primer día en Estambul.
Espero que os haya gustado el post y que os anime a conocer Estambul a quienes no hayáis estado aún.
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