
Hola Nextinationer,
Si estás pensando en hacer un viaje alrededor de Uzbekistan, no puedes perderte una de las joyas de la Ruta de la Seda, Bukhara.
Como te comentaba en anteriores posts, pude conocer finalmente esta ciudad junto con Tashkent y Samarcanda. Bukhara fue la que más me gustó. Te deja en más de una ocasión con la boca abierta. Ha sido, definitivamente, de esos destinos más mágicos que he visitado nunca. Caminando entre sus angostas calles no hacían más que venirme a la cabeza imágenes de Aladdin y me lo imaginaba sobrevolando los tejados de la ciudad subido a su alfombra mágica.
Este pueblo del desierto es un oasis de cúpulas doradas y azules, minaretes, madrasas y mezquitas. No por nada, el centro histórico de Bukhara fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. También, esta ciudad ha sido, tras La Meca, el segundo centro de peregrinación musulmana y asumió también la función de centro cultural y religioso del islám en Asia Central.
Ha llegado a tener más de 100 madrasas, que son escuelas donde se enseñaba el Corán, puesto que la ciudad fue antiguamente un centro de doctrina célebre en el mundo islámico, con unos 10.000 estudiantes y unas 300 mezquitas. Todas ellas construidas durante el reinado de Timur, también conocido como Tamerlán, que rigió el país por casi dos siglos, del XIV-XVI.
Bukhara ha pasando en toda su historia por varias manos, desde haber sido capital de los Samánidas, a caer bajo el poder de la dinastía Timur. Ha formado también parte de Rusia y de la Unión Soviética hasta que finalmente se hizo independiente en 1991.
Uzbekistan: Guia de viaje e itinerario a través de uno de los países de la Ruta de la Seda
Una de las cosas que me llamaron la atención en todo Uzbekistán es que uno no se siente tan violento al estar en un país Islam. Me refiero a que, cuando he viajado a sitios como Turquía o Dubai, me he sentido cohibida a la hora de comportarme o cómo vestir porque aunque son países que dicen ser muy abiertos, en realidad, te miran diferente porque no eres musulmana y a veces, con aires de desaprobación. Al menos eso es lo que yo he sentido en ocasiones estando allí. Es cierto que en Dubai la segunda vez que estuve allí en 2019 no lo noté tanto, pero en 2012 que fue la primera vez que fui, sí lo noté y mucho. Aunque donde más lo he notado fue en Estambul.
Esto en cambio, no me pasó en Uzbekistán. Curiosamente, lo que pensé que sería incluso un país mucho más cerrado que los otros que he mencionado en este sentido, en parte por no ser tan turístico, resultó ser una sorpresa y el país nada conservador, más bien todo lo contrario.
Se respira tolerancia, quizá porque desde siempre fue un pueblo que estando en la Ruta de la Seda estaba acostumbrado a recibir al extranjero. Tantas invasiones llegadas desde todos los puntos cardinales han hecho que el país tenga un carácter abierto y acogedor.
En cuanto a la vestimenta, es cierto que llevábamos vestidos largos y de manga corta que tapaban las piernas y los hombros pero en ningún sitio me hicieron sentir fuera de lugar, incluso vimos a gente local vistiendo de manera muy occidental y muchos sin velo. De hecho, en los lugares de culto, no se exige a las mujeres ni siquiera cubrirse la cabeza.
La gente era amabilísima, acogedora y siempre te ayudaban en lo que podían y te sonreían constantemente. Se notaba que estaban encantados de que el turismo empezara a llegar a su país, y te agasajaban lo mejor que podían. Al menos todo esto lo estoy diciendo según mi propia experiencia.
Otra de las cosas a destacar de la ciudad es que tiene una importante comunidad judía que convive sin tensión ninguna con los musulmanes.
Bukhara sorprende en cada esquina con siglos de historia, cultura y con su impresionante arquitectura. Toda la ciudad es como un museo donde parece trasladarte atrás en el tiempo. Además, a diferencia de Samarcanda, es posible caminar entre la mayoría de puntos que hay que visitar. Yo, querido viajero, te recomiendo pasar dos días enteros.
¿Cómo llegar a Bukhara?
Bukhara está situada entre Samarcanda y Khiva.
Nosotros llegamos en tren rápido desde Samarcanda. La compañía española Talgo ha hecho posible una mejor comunicación entre varias ciudades de Uzbekistán. Si coges este tren rápido tardarás algo menos de dos horas desde Samarcanda a Bukhara.
Desde Bukhara a Taskhent, no compramos los billetes del tren con suficiente antelación, solamente un mes antes, y no nos quedó otra opción que coger el único tren posible que había, que tardaba 6 horas a la capital. Como recomendación, decirte que compres los billetes de tren al menos 3-4 meses antes de ir. El tren rápido Talgo tarda 4 horas, por tanto, te ahorrarás dos horas.
El tren de vuelta a Tashent salía de Bukhara a las 4 de la tarde por lo que llegamos a Tashkent a las 10 de la noche teniendo que hacer noche en la capital. Pero gracias a esto, pudimos visitar Tashkent al día siguiente puesto que nuestro vuelo no salía hasta la tarde.
¿Qué ver en Bukhara?
Plaza Lyab-i-Hauz y Madrasa Nodir Devon Begi
Es una de las plazas alrededor de la cual gira la vida de Bukhara y el centro neurálgico de la ciudad. Está rodeada por lo que en su día fueron tres madrasas, la más significativa es Nodir Devon Begi que cuenta con dos hermosos pájaros de la felicidad, también llamado Semurg. Actualmente se usan como mercado con puestos donde venden distintos tipos de souvenirs, artesanías y alfombras.
Esta plaza tiene un estanque en el medio, usado antiguamente para el riego. De hecho, su nombre significa literalmente «junto al estanque» Bukhara llegó a tener más de 120 estanques y una gran red de canales mediante los cuales los ingenieros hacían llegar el agua a estos estanques. Sin embargo, en ocasiones, cuando el agua se estacaba traía epidemias, por lo que cuando Uzbekistán pasó a manos soviéticas, éstos renovaron todo el sistema de riego y eliminaron muchos de estos estanques.
Esta plaza se llena de vida al atardecer y cuando cae la noche, debido a que los 40 grados dejan paso a una noche muy agradable, donde baja por fin, un poco la temperatura y, los uzbecos, se animan a salir de sus casas.
Se convierte en un sitio muy animado lleno de bancos donde se sientan los locales a pasar el rato, donde un par de restaurantes que hay en los alrededores, sacan las mesas y la gente se toma sus tés e, incluso cervezas. Otra de las cosas que me llamaron la atención, que a pesar de ser un país musulmán, los uzbecos, quizá por herencia de la Unión Soviética, beben alcohol.
También los vendedores ponen sus puestos en la misma plaza para vender productos locales. En definitiva, merece la pena dar una vuelta alrededor.
Madrasa Chor Minor
Fue el primer lugar que visitamos en Bukhara. Nos costó un poco dar con él, a pesar de estar a tan sólo 15 minutos de la plaza anterior. El propio nombre significa «cuatro minaretes» aunque realmente nunca cumplieron la función de minaretes, sino más bien, una función decorativa.
Es un edificio pequeño con cuatro minaretes rematados en cerámica vidriada de color azul. Recuerda un poco al estilo de construcciones de la India y data de principios del siglo XIX y construida por un mercader de la ciudad para alojar a 59 estudiantes. El interior, actualmente alberga una tienda con los típicos productos locales.
Madrasa Abdulaziz Khan
Cconsta de un patio interior con cuatro terrazas, el portal de entrada y los nichos de vivienda para los estudiantes que estudiaban materias como astronomía, matemáticas y árabe. La fachada principal tiene unos pájaros, detalles flores como decoración.
Una de las cosas que llamaron la atención fue que, a pesar de que el Islam prohibe expresamente la representación de figuras humanas y animales en los edificios religiosos y en los objetos de culto, en las fachadas de mezquitas y madrasas en Uzbekistán aparecen varias veces animales representados.
Esta madrasa fue construida dos siglos después de la madrasa de Ulugbek que se encuentra enfrente formando ambas parte del mismo complejo. Si bien, ésta última tiene un estilo arquitectónico bastante simple, la de Abdulaziz Khan es grandiosa y de arquitectura muy elaborada.
Las paredes y portales muestran casi todas las técnicas de decoración utilizadas en aquellos tiempos como los relieves, azulejos, mosaicos o mocárabes, llamados en la arquitectura Timur, muqarnas, que decoran todo el arco del portal de la fachada. Destacan también las imágenes de dragones chinos y del pájaro de la felicidad Simurg, que simbolizan la relación de Bukhara con los otros países dentro de la Ruta de la Seda.
Madrasa Ulugbek
Ulugbek fue el nieto de Timur o Tamerlán y mandó construir esta mezquita en el siglo XV, de tamaño inferior a las que veremos después en Bukhara. Ulugbek era un gobernante ilustrado e intelectual, preocupado por el desarrollo de la ciencia en Uzbekistan. Mientras vivía en Bukhara, por aquel entonces, era una ciudad estricta y conservadora puesto que era la capital musulmana de Asia central.
Ulubek decidió construir esta madrasa con la esperanza de que la ciudad se convirtiera en un centro de ciencia y educación en lugar de ser tan conservadora.
Destaca la inscripción que decora su fachada, tomada del Corán que dice así «la búsqueda del conocimiento es responsabilidad de todos los hombres y mujeres musulmanes» y tiene decoración geométrica y astral puesto que Ulugbek se hizo famosos en todo el mundo por sus investigaciones en el campo de la astronomía.
Actualmente aquí se ubica el Museo de la historia de restauración de los monumentos de Bukhara.
Bazar Taqi Safarron
Los edificios de los bazares tampoco te dejarán indiferentes. Algunos son antiguos caravasares, un tipo de edificación surgida a lo largo de los principales caminos donde los viajeros o comerciantes que venían de lejos, como los de la Ruta de la Seda, con sus caravanas, podían pernoctar, descansar y reponerse del viaje, tanto los ellos como los animales que traían con ellos.
Se construyeron a modo de pasajes abovedados y siempre protegían a sus habitantes de la nieve y frio del invierno y del calor del verano. Aquí encontrarás todo tipo de productos locales, pero sobre todo, un sinfín de tapices, pañuelos de seda y alfombras, artesanías y la típica porcelana uzbeka de la que volví enamorada y con varias piezas en mi maleta de mano.
Éste bazar en concreto, significa «zoco de los cambiadores de dinero» debido a la función que durante siglos llevaron a cabo quienes se ocupaban de cambiar la moneda. Los vendedores salían a saludarte y sonriendo mostraban sus dientes de oro, algo típico en Uzbekistán, donde es un signo de belleza y además una muestra de poder adquisitivo tanto en hombres como en mujeres.
Ark
Esta fortaleza destaca por sus impresionantes murallas. En el centro del Ark hay un gran complejo de edificios, entre ellos el Museo de la ciudad y uno de los mejor conservados es la mezquita de Ul’dukhtaron, que está vinculada a leyendas de cuarenta niñas torturadas y arrojadas a un pozo. Nosotros, sin embargo, no entramos dentro de la fortaleza.
Esta gran ciudadela fue un fuerte militar y símbolo del poder del estado. Es una de las estructuras más antiguas de Bukhara aunque fue destruida y reconstruida varias veces. Fue usada como fortaleza real hasta 1920.
Recomiendo que vayas al atardecer, puesto que las murallas estaban bañadas por el sol dorada y el cielo rosáceo, era un maravilloso espectáculo.
Mezquita Bolo Hauz
Esta mezquita está enfrente prácticamente de la Fortaleza Ark. Se caracteriza por las 20 columnas de madera de su pórtico. Mucha gente se refiere a ella como la mezquita de las 40 columnas porque hay justo enfrente un estanque en el cual gracias al reflejo de ellas en el agua, hace que se multipliquen las columnas.
Es curiosa porque se diferencia de todas las que habíamos visto hasta entonces. Justo llegamos cuando empezaba el culto, por tanto pudimos escuchar la llamada a la oración.
Mezquita Kalon
Situada en la plaza de Poi-Kalon, al lado del minarete del mismo nombre. Esta plaza es la más bella de Bukhara. Se dice que tiene capacidad para 12.000 fieles. Es la segunda mezquita más grande de Asia central después de la mezquita de Bibi Khanum en Samarcanda.
Puedes entrar y ver su inmenso patio rodeado por arcadas. Destacan sus dos inmensas cúpulas decoradas con mosaicos azules.
Minarete Kalon
Es el más alto de Uzbekistán con 47 metros de altura. Su uso principal fue el de avisar a la oración, vigilar la ciudad de posibles invasiones e incluso se llegó a arrojar a prisioneros. Fue levantado en el siglo XII y tiene distintos relieves tallados a mano.
Madrasa Mir-i-Arab
Se encuentra justo enfrente de la Mezquita Kalon, en la plaza Poi-Kalon. Tiene una fachada con un pórtico con nichos abovedados, muqarnas, dos grandes bóvedas con mosaicos azules y todo repleto de relieves y textos sagrados.
Tiene 114 celdas, para los estudiantes y el mismo número que suras o capítulos que tiene el Corán. Pertenece a uno de los Centros de Enseñanza Islámica con más renombre de la región. Hoy en día, sigue activo, formando a estudiantes que deseen aprender el dogma islámico y el Corán.
Silk Road Tea House -casa de té-
En Uzbekistán son típicos unos sitios llamados Chaihona -pronunciado chaijona– de los cuales yo ya estaba familiarizada por estar viviendo en Moscú.
Son casas de té, lugares para descansar a lo largo de la legendaria Ruta de la Seda. Un lugar donde los viajeros descansaban, tomaban té, socializaban unos con otros y cantaban juntos. El té en Asia es algo más importante que una mera bebida para saciar la sed. Es un modo de vida, forma parte de la vida social. La gente va a los chaihona a contar sus historias, charlar, a celebrar algo. Antiguamente era un lugar al que sólo podían acudir hombres.
El té abre y cierra cualquier comida, se recibe a los invitados con té, y si se rechaza se considera descortés. Siempre se sirve recién hecho y toda una ceremonia que gira en torno al té.
Nosotros en concreto visitamos ésta, muy cerca de la plaza de Poi Kalon, en una especie de callejón por tanto hay que apuntarla en el mapa porque si no, no se llega a ella de casualidad. Imagino que son todas más o menos parecidas, pero a mí, ésta me pareció espectacular.
Todo en Bukhara era como estar en un cuento de Ali baba, en las Mil y unas noches o en el de Aladdin, y ese sitio se sumaba a la lista. Todas las paredes estaban llenas de tapices de colores y en torno a ellas, un patio cubierto con mesas y sillas de madera. En la zona de la entrada había bancos anchos corridos de madera con una mesa en el medio. Nosotros elegimos éste porque era más bonito y más grande por lo que cabíamos los seis sin problema.
Allí fuimos a descansar un rato, a tomar té y a probar unos dulces típicos uzbecos.
Chor Bakr Memorial Complex
Su nombre literalmente significa «Cuatro hermanos» y se comenzó a construir en el siglo XI. Es conocida sin embargo como «la ciudad de muertos» y está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Está situado a unos 20 minutos de la ciudad por lo que hay que ir en taxi. Nosotros cogimos una mini van porque éramos 6 y nos esperó durante la hora que estuvimos visitando el Memorial. Cuando fuimos estaba en reconstrucción.
Realmente, el sitio carece de la grandeza de otros sitios que habíamos visitado antes. El complejo consta de tres edificios, la madrasa, la mezquita y el khanako que forman un conjunto arquitectónico armonioso. Tiene mausoleos de personas importantes como fue Abu Bakr Saad, descendiente del profeta Mahoma, pero más allá de eso, no creo que merezca especialmente la visita.
Aquí tengo una anécdota y es que fue la primera vez en mi vida que me picó una abeja. Iba caminando entre el Memorial Complex y es cierto que en las antiguas muqarnas que quedan, las abejas han encontrado el sitio perfecto para anidar. Estaba yo caminando con unas sandalias de las que no se atan con la mala suerte de que se me metió justo una entre el pie y la sandalia. Claro, al yo bajar el pie para caminar me picó. Fue un acto de defensa pero yo sentí como si me clavaran un alfiler. En un principio pensé que ojalá no fuera una de esas personas alérgicas a las picaduras de las abejas porque estábamos, literalmente en medio de la nada. Gracias a Dios, a la media hora ya no me dolía.
Palacio de Verano de último emir
Me llamó mucho la atención y me alegra haberlo descubierto, por lo que no es un sitio que suela aparecer dentro de los sitios que visitar en Bukhara. Se encuentra a unos 20 minutos en coche desde la ciudad. Lo mejor es coger un taxi.
Una vez allí, llama la atención los edificios coloridos. Hay un museo del traje y un museo de artes decorativas, con gran cantidad de alfombras de seda, cerámica o porcelana china y japonesa. Por dentro, el antiguo palacio me pareció precioso, lleno de mosaicos y azulejos desde las paredes al techo y de coloridas vidrieras
Se trata de construcciones modernas, de finales del siglo XIX y principios del XX.
¿Cuándo ir a Bukhara?
Nosotros fuimos la segunda semana de Mayo y sobre todo en Bukhara tuvimos temperaturas que rozaban los 40 grados. Por eso, muchas veces era duro caminar con todo el calor que hacía. Después de las 12 y hasta las 16 la ciudad era un auténtico horno.
Cuando le gente ve mis fotos, me pregunta «¿Cómo hiciste para salir sola en las fotos? ¿Te tuviste que levantar temprano para que no hubiera nadie?» . A lo que yo les contestaba que no, para nada. Solamente tienes que ir allí a las 2 de la tarde con casi 40 grados. Estarás sola también.
Yo recomiendo por tanto, ir en los meses de Abril-Mayo o Septiembre y Octubre. En verano hace muchísimo calor, cerca de los 50 grados a la sombra y de Noviembre a Febrero hace mucho frio y nieva bastante.
Médico Avicena
Este famoso médico del siglo X, nació cerca de Bukhara y vivió en la ciudad un tiempo. Fue también filósofo y científico y escribió cerca de trescientos libros sobre filosofía y medicina, sobre todo. Fue uno de los principales médicos de todos los tiempos.
Mezcló la doctrina aristotélica con el pensamiento neoplatónico. Tuvo una gran influencia en pensadores posteriores y también planteó mucho antes que Descartes un pensamiento similar a éste: el conocimiento indudable de la propia existencia. Abrió el camino a una rama de la filosofía islámica, la Sabiduría de la Iluminación.
Escribió también un canon de medicina, conocido como Canon de Avicena, escrita en 1020 y es, actualmente, uno de los libros más famosos de la historia de la medicina.
¿Dónde comer?
En cuanto a la comida típica que hay que probar:
- Plov es la comida más típica de Uzbekistán. Es un arroz con carne, normalmente cordero, zanahorias, cebolla y ajo.
- Sopa Laghman con noodles y carne.
- Pelmeni, son como unos raviolis rellenos de carne.
- Kebab o Shashlik. Son brochetas de carne, normalmente de cordero, pero también de pollo.
- Las ensaladas de tomate y pepino te las pondrán con todo lo que te pidas. Pero ojo! los tomates uzbekos son de los más sabrosos que he probado nunca.
Tened en cuenta que aquí no encontraréis cerdo porque los musulmanes no comen cerdo. Sin embargo, respecto al alcohol, me sorprendió que puedes encontrar cerveza en todos los restaurantes.
Y de restaurantes os recomiendo los siguientes:
- Chayxana Chinar
- Mavrigri Restaurant – Chicha Bar
- Old Bukhara Restaurant
- Terraza Chasmai Mirob
¿Dónde quedarse?
Nosotros nos alojamos en el hotel Bibi-Khanym Hotel. Las edificaciones en Uzbekistán tienes un patio central en torno al cual giran las estancias o habitaciones. Nuestro hotel estaba cerca de la Plaza Lyab-i-Hauz. Cogiendo la calle que lleva a la sinagoga y caminando unos 5 minutos llegas a este hotel.
Nosotros lo llevábamos ya reservado con antelación en Booking porque nos habían comentado que mayo es cuando Uzbekistán tiene muchos visitantes y no queríamos quedarnos en cualquier sitio. Para nosotros, parte de la experiencia de un viaje incluye también el tipo de alojamiento.
Me pareció muy bonito y el sitio perfecto para quedarnos. Está decorado en estilo uzbeko. Nos quedamos en la que llaman la suite familiar, y era enorme. De hecho, nos dijo la señora del hotel que, como todos los uzbekos era amabilísima, que era una de las que eran originales del edificio, habían restaurado lo imprescindible en ella dejando la estructura original como las vigas entre otras cosas.
El precio de dos noches con desayuno incluido, nosotros con nuestra hija de 3 años, nos salió por 166€. Tiene una puntuación de 9,5 en booking.com. Os dejo aquí el link al hotel por si os interesa reservar aquí.
Espero que te haya gustado mi post de «Guía completa de Bukhara, la joya de Uzbekistán».
Si tenéis cualquier duda o pregunta, podéis mandarme un mail o escribirlo en comentarios.
Si queréis ver más fotos de mis viajes, puesto que aquí solo pongo unas pocas, no dudéis en seguirme en mi Instagram pinchando aquí.
Muchas gracias por leerme.
Si te ha gustado el artículo y quieres guardarlo para luego, Pinéalo:

What do you think?